Mucho hemos escuchado sobre la alimentación consciente o también conocida como Mindful Eating (Mindful: consciente de + Eating: comer) concepto que viene asociado al Mindfulness, capacidad de poner atención al presente aplicado al proceso de alimentación, con el fin de prestar atención a lo que comemos, lo que permitirá mejorar la forma en la que nos relacionamos con la comida. ¿Suena bien no?, teniendo en consideración que es una habilidad que se logra con la práctica para poder generar un hábito, así con el tiempo es posible alcanzar una alimentación más equilibrada y una relación más saludable con los alimentos y con nosotros mismos.
Beneficios
- Contribuye a diferenciar si tengo hambre real (fisiológica) o psicológica (por ansiedad, estrés, etc.)
- Permite reducir el estrés y ansiedad.
- Generar saciedad en menor tiempo y con menor volumen de alimento.
- Lograr controlar el peso corporal, incluso pérdida de peso en algunos casos.
- Mejorar la concentración.
¿Cómo implementarlo?
- Comienza a prestar atención a tu respiración antes de comer. Inspira y expira unas 10 veces antes de comer.
- Pregúntate: ¿Tengo hambre?
- No comas si no tienes hambre y realiza una actividad que te ayude a calmar el estrés o ansiedad.
- Agradece la comida que te vas a servir.
- Antes de comer bebe un vaso de agua.
- Come en un lugar tranquilo, en silencio. Sin distracciones como la televisión.
- Presta atención a lo que comerás. Activa tus sentidos: mira con atención el plato, olfatéalo, degusta un trozo pequeño y saboréalo.
- Mastica bien tus alimentos y trágalos con calma.
- Intenta terminar de comer de los últimos.
Comienza a hacer pequeños cambios que cambiarán tu vida un montón.